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 Le presbytère virtuel d'un prêtre

Le presbytère virtuel d'un prêtre

Site d'un prêtre catholique engagé au cœur du monde... Voici mon presbytère virtuel, sans porte ni sonnette. Entrez, et venez voir ! Vous voulez voir à quoi ça ressemble un cyber curé ? Venez donc faire un tour chez moi ! La vie c'est trop important pour ne pas la réussir ! .... . . C'est aussi mon objectif ... Pas vous ?


Les prêtres seraient-ils donc des hommes comme les autres ?

Publié par Miniritou sur 14 Juin 2010, 13:01pm

Catégories : #Sacerdoce

 

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C
<br /> <br /> <br /> “Este buen Salvador está tan lleno de amor que nos busca por todas partes”.<br /> <br /> <br /> Tenemos sobradas razones para vivir nuestro “examen de conciencia sacerdotal” llenos de confianza y abiertos a la esperanza de la santidad. No en vano, el Papa convocó el Año Jubilar Sacerdotal<br /> con el objetivo de “promover el compromiso de renovación interior de todos los sacerdotes, para que su testimonio evangélico en el mundo de hoy sea más intenso e incisivo” y de “favorecer la<br /> tensión de los sacerdotes hacia la perfección espiritual, de la cual depende sobre todo la eficacia de su ministerio”.<br /> <br /> <br /> He aquí las palabras con las que su Santidad Benedicto XVI concluía su Carta para la Convocación de este Año Jubilar Sacerdotal: «A pesar del mal que hay en el mundo, conservan siempre su<br /> actualidad las palabras de Cristo a sus discípulos en el Cenáculo: “En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo” (Jn 16, 33). La fe en el Maestro divino nos da la fuerza<br /> para mirar con confianza el futuro. Queridos sacerdotes, Cristo cuenta con vosotros. A ejemplo del Santo Cura de Ars, dejaos conquistar por Él y seréis también vosotros, en el mundo de hoy,<br /> mensajeros de esperanza, reconciliación y paz».<br /> <br /> <br /> <br /> <br />
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C
<br /> <br /> <br /> puede inducir a la rutina y al acostumbramiento.<br /> <br /> <br /> + Falta de esperanza en nuestra propia santidad: Los sacerdotes podemos asumir el rol de ser “altavoces de Dios”, dejando paradójicamente en segundo plano la llamada a la santidad que Dios nos<br /> dirige a nosotros mismos. No es infrecuente que nos resulte más fácil confiar en la “historia de salvación” de Dios para con la “humanidad”, que en el plan personal de santificación que tiene con<br /> nosotros. La recepción frecuente y esperanzada del sacramento de la penitencia, es el mejor signo de que los sacerdotes mantenemos vivo el deseo de recuperar el “amor primero”.<br /> <br /> <br /> Las tentaciones del sacerdote, en cuanto “pastor” del rebaño de Cristo<br /> <br /> <br /> + Falta de autoestima: El avance de la increencia en nuestra sociedad, puede conducirnos a la tentación de hacer una lectura pesimista de nuestro ministerio sacerdotal… Como les ocurre al resto<br /> de los mortales, también nosotros tenemos el riesgo de valorarnos más por el “tener” que por el “ser”; es decir, hacer depender nuestra autoestima del grado de éxito cosechado en nuestros<br /> proyectos, y no tanto del valor del tesoro que llevamos entre manos…<br /> <br /> <br /> + Desconfianza hacia la Providencia de Dios: En medio de nuestro empeño pastoral, no podemos olvidar cuáles son el Alfa y la Omega de la Historia de la Salvación: Sólo Cristo es el Redentor del<br /> mundo, y nosotros somos meros instrumentos. ¡Sus planes de salvación para la humanidad, no se verán frustrados! La Iglesia tiene la promesa de indefectibilidad recibida del mismo Cristo. ¡La<br /> victoria de Cristo sobre el mal será plena y esplendorosa!... Es frecuente que nosotros suframos porque las cosas no vayan como nosotros pensamos que debieran ir… Pero, como aquellos apóstoles<br /> que estaban angustiados al ver cómo Jesús dormía en aquella barca zarandeada por la tempestad, quizás también nosotros necesitemos la reprensión que Jesús dirigió a los suyos: “Hombres de<br /> poca fe, ¿por qué habéis dudado?” (Mc 4, 40; Mt 14, 31).<br /> <br /> <br /> + Necesidad de purificar nuestros criterios: Una cosa son las sensibilidades enriquecedoras, y otra muy distinta las “ideologías”, que siempre deben ser purificadas… Baste recordar aquella<br /> reprensión de Jesús a Pedro: “Tú piensas como los hombres, no como Dios” (Mc 8, 33). En la Sagrada Escritura y en el Magisterio de la Iglesia encontramos la fuente para conformar<br /> nuestros criterios con la luz de la Revelación…<br /> <br /> <br /> + Falta de oración “apostólica”: Es posible que podamos pasarnos la vida diciéndonos a nosotros mismos que, como sacerdotes que somos, hemos de orar más y mejor… Y la pregunta es: ¿Será cuestión<br /> de tiempo? ¿de fuerza de voluntad? ¿o de amor de Dios? Lo indudable es que el Pueblo de Dios no solo requiere de nosotros que seamos “maestros”, sino también “testigos” del mensaje que<br /> anunciamos…<br /> <br /> <br /> + Vanidad: Podemos realizar muchas obras “materialmente” buenas, en servicio de Dios y de los fieles; pero que, sin embargo, pueden encubrir una cierta búsqueda “subjetiva” de nosotros mismos…<br /> Existe el riesgo de interferencias de nuestro amor propio, incluso en el marco de un cumplimiento íntegro del ministerio sacerdotal.<br /> <br /> <br /> + Miedos que nos paralizan: En ocasiones, el miedo al fracaso nos lleva a no arriesgar en nuestras actuaciones, a no dar lo mejor de nosotros mismos. Igualmente, el temor a ser etiquetados o mal<br /> comprendidos, también puede disminuir nuestro celo apostólico y nuestra acción en bien de las almas  (En el fondo, estamos ante otra manifestación de la vanidad).<br /> <br /> <br /> + Falta de método: Nuestra labor sacerdotal, aún siendo muy sacrificada, puede perder eficacia por causa de una forma desordenada de trabajar. A veces podemos abusar de la improvisación, o de no<br /> rematar las cosas. Hemos de ver también si compartimos nuestras iniciativas, si delegamos responsabilidades...<br /> <br /> <br /> + Falta de cuidado personal: La vida sacerdotal puede conllevar una cierta soledad, de la cual se desprenden determinados riesgos: comer mal, descansar poco, descuido del aseo personal, del<br /> vestir, de la salud, hábitos desordenados de vida, dejar que se enrarezca nuestro carácter... Un cierto nivel de autodisciplina es necesario. Pero, sobre todo, lo más importante es que nuestro<br /> descanso interior y exterior lo vivamos “en Cristo”, y no al margen de Él.<br /> <br /> <br /> + Impaciencia: Podemos confundir la necesidad de “rigor” con la “impaciencia”, olvidando las palabras del profeta: “la caña cascada no la quebrarás, la mecha humeante no la apagarás” (Is<br /> 42, 3). La radicalidad evangélica no justifica nuestra dureza con los que nos han sido confiados… Por el contrario, en nuestra vida de servicio sacerdotal, es importante el sentido del humor, el<br /> cariño y la alegría…es decir, la misericordia.<br /> <br /> <br /> + Los predilectos de Cristo y los nuestros: La acción apostólica de Cristo se dirige a todos, sin excepción. Al mismo tiempo, sus predilectos fueron los excluidos, los pobres, los enfermos… <br /> Nuestro examen de conciencia nos cuestiona sobre si los pobres y necesitados ocupan el centro de nuestro ministerio sacerdotal: personas en soledad, quienes padecen desequilibrios psíquicos,<br /> otros enfermos y ancianos, parados, inmigrantes, transeúntes, maltratados…. sin olvidar la mayor de las pobrezas, compartida por todos nosotros: el pecado. ¡La administración abnegada del perdón<br /> de Cristo, es el máximo signo de la “caridad pastoral”!<br /> <br /> <br /> Llenos de esperanza en este Año Jubilar<br /> <br /> <br /> Un examen de conciencia no es una mera introspección, sino que consiste en abrirnos a la gracia de ver nuestra vida desde los ojos de Dios. Nuestro Patrono, el Santo Cura de Ars, decía: “No<br /> es el pecador el que vuelve a Dios para pedirle perdón, sino Dios mismo quien va tras el pecador y lo hace volver a Él”; “Este buen Salvador está tan lleno de amor que no<br /> <br /> <br /> <br /> <br />
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C
<br /> <br /> L Année Sacerdotale est à présent terminée, cependant depuis le mois de mars continue a circuler sur la web “ L´examen de conscience sacerdotal” qu´a rédigé Monseigneur José Ignacio Munilla,<br /> évêque de Saint Sébastien en Espagne en en cette année dédiée aux prêtres. Par manque de temps pour le traduire dans sa totalité de l´espagnol au français, je le poste tel quel, mais face à<br /> n´importe quel doute de compréhensión ou de réelle nécessité, n´hésitez pas à me le signaler et je traduirai ce qui peut être utile. Ce examen de conscience sacerdotal prend pour point de départ<br /> le fait que les prêtres sont a`la fois “ brebis” et “pasteur” du troupeau de Dieu et cette double condition révèle qu´ils ont des tentations comme “brebis” et également d´autres tentations en<br /> tant que “pasteur”. Ce examen de consience peut servir aussi aux laïcs, consacrés ou religieux, nous cherchons tous la sainteté et il est stimulant pour tous de<br /> s´auto-interroger, c´est à dire de faire régulièrement une introspection pour toujours s´efforcer et faire mieux.  <br /> <br /> <br /> Parce que ce sont 2 messages qui finalement nous concernent tous comme simples croyants “brebis”, j ´ai tenu à traduire de ce texte ce que disait le Saint Curé d´Ars :<br /> <br /> <br /> “Ce n´est pas le pécheur qui retourne à Dieu pour lui demander pardon, sinon Dieu lui-même qui poursuit le pécheur et le fait revenir vers Lui. Ce bon Sauveur est tellement plein d ´amour qu´il<br /> nous cherche partout”<br /> <br /> <br /> Et également de quelle manière Sa Sainteté Benoît XVI concluait sa Lettre de Convocation de cette Annee Jubilaire Sacerdotale :<br /> <br /> <br />  <br /> <br /> <br /> “Malgrè le mal qu´il y a dans le monde, les paroles du Christ à ses disciples dans le Cénacle conservent toujours leur actualité : Dans le monde vous aurez des luttes; mais ayez du courage : j´ai<br /> vaincu le monde” ( Jn 16, 33). La foi dans le Maître divin nous donne la forçe pour regarder le futur avec confiance. Chers prêtres, le Christ compte sur vous. A l´exemple du<br /> Saint Curé d´Ars, laissez-vous conquérir par Lui et vous serez vous aussi, dans le monde d´aujourd´hui, des messagers d´espoir, de reconciliation et de paix”.<br /> <br /> <br />  <br /> <br /> <br /> Chaleureusement. Catherine<br /> <br /> <br />  <br /> <br /> <br /> Voici donc le fameux EXAMEN DE CONSCIENCE SACERDOTAL :<br /> <br /> <br /> El sacerdote, “oveja” y “pastor” del rebaño de Cristo<br /> <br /> <br /> En su homilía de inicio de pontificado, Benedicto XVI hizo una breve explicación catequética sobre el “palio”, confeccionado con lana de oveja, con el que se reviste el arzobispo: “El palio<br /> indica primeramente que Cristo nos lleva a todos nosotros. Pero, al mismo tiempo, nos invita a llevarnos unos a otros”. Asimismo, el Papa recordaba también que Aquél que nos pide a nosotros,<br /> sacerdotes, colaboración en su tarea de pastoreo, es el mismo que comparte de forma misteriosa nuestra propia condición: “El pastor de todos los hombres, el Dios vivo, se ha hecho Él mismo<br /> cordero, se ha puesto de la parte de los corderos, de los que son pisoteados y sacrificados”.<br /> <br /> <br /> Esta doble condición de ser pastores y ovejas del rebaño de Cristo, que tenemos los sacerdotes, es el punto de partida de este breve “examen de conciencia sacerdotal”, que proponemos en el<br /> contexto del Año Jubilar Sacerdotal.<br /> <br /> <br /> Es de suponer que este examen de conciencia para sacerdotes, llegue también a las manos de muchos laicos, consagrados o religiosos… Obviamente, no existe ninguna contraindicación para que puedan<br /> servirse de él. ¡No hay secretos entre las distintas vocaciones de vida cristiana! Todos buscamos la santidad; y de la misma manera que para nosotros, los sacerdotes, es muy estimulante ver el<br /> esfuerzo que muchos seglares realizan por ser fieles en su vocación, también lo será para los laicos ver que los sacerdotes hacemos lo propio, máxime en este Año Jubilar Sacerdotal. ¡Alguien dijo<br /> que el deseo de santidad es contagioso!<br /> <br /> <br /> Las tentaciones del sacerdote, en cuanto “oveja” del rebaño de Cristo<br /> <br /> <br /> + Falsa seguridad: Uno de nuestros peligros principales puede ser el olvido de que somos tentados como cualquier otro ser humano… Nuestra condición sacerdotal no nos preserva de la tentación del<br /> materialismo, del placer; ni tampoco de la búsqueda del poder y del prestigio… “¡El que se crea seguro, tenga cuidado en no caer!” (1 Co 10, 12).<br /> <br /> <br /> + Autodidactas: Los sacerdotes tenemos una cierta tendencia a “autodirigirnos” y a “autoevaluarnos” en la vida espiritual, como si fuésemos maestros de nosotros mismos… ¡Y eso no funciona! Dios<br /> nos da el “don de consejo” para ejercer como pastores con los que nos han sido encomendados, pero no para con nosotros mismos. Nosotros hemos de ser “pastoreados” por otros hermanos sacerdotes.<br /> Cometeríamos un grave error si pensáramos que el director espiritual fue una figura necesaria solamente en el tiempo de formación en el Seminario.<br /> <br /> <br /> + “En casa de herrero, cuchillo de palo”: Ciertamente, los sacerdotes podemos dar por supuesta, equivocadamente, la madurez de nuestra vida espiritual, sintiéndonos dispensados de determinados<br /> actos de piedad… Sin embargo, nosotros somos los primeros que necesitamos los medios sobrenaturales para el cultivo de nuestra vida de fe.<br /> <br /> <br /> + Rutina: Es el riesgo que tenemos de acostumbrarnos a lo sagrado, de no conmovernos ante la<br /> presencia real de Dios en la Eucaristía… El hecho de ser “administradores” de los tesoros de Dios, nos permite estar especialmente cerca del Misterio, pero también nos puede inducir a la rutina y<br /> al acostumbramiento.<br /> <br /> <br /> + Falta de esperanza en nuestra propia santidad: Los sacerdotes podemos asumir el rol de ser “altavoces de Dios”, dejando paradójicamente en segundo plano la llamada a la santidad que Dios nos<br /> dirige a nosotros mismos. No es infrecuente que nos resulte más fácil confiar en la “historia de salvación&rd<br /> <br /> <br /> <br /> <br />
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M
<br /> <br /> Mouais...Et après ? Ils s'éclatent, se défoulent, rient...Très bien...On dirait une opération marketing, qui tendrait à prouver que d'avoir des loisirs à la mode et d'être prêtre, c'est<br /> cela, être un prêtre heureux...<br /> <br /> <br /> C'est bien de faire du karting, de changer l'image du prêtre vieux (moyenne d'âge 37 ans...) et revêche ou dépassé. Et après ? Le type qui est sur le circuit les trouve sympas et cools, mais<br /> a-t-il compris ce qu'est la messe, le sacerdoce ? Non, il ne va pas à la messe...<br /> <br /> <br /> Alors, en gros, je trouve cela chouette qu'ils s'éclatent pour montrer qu'on peut être prêtre et être drôle, mais j'aurais aimé savoir aussi que ces prêtres sont vraiment heureux dans leur<br /> paroisse avec leurs fidèles, leur groupe de jeunes ou autres...J'aurais aimé voir et entendre ces mêmes prêtres évangéliser le circuit, et prier ensemble...Remarquez, ils l'ont peut-être fait<br /> après...<br /> <br /> <br /> Moi qui vient de lire la solitude des prêtres et comme il est difficile d'être prêtre aujourd'hui, je dis que les prêtres sont des hommes comme les autres, sauf quand ils célèbrent la messe. En<br /> dehors de la messe, ils sont comme les autres, avec leurs faiblesses, leurs besoins d'être entouré, reconnu, etc...Comme nous tous. Ils ne sont pas dépourvu d'humanité, non ! Ils ne sont pas des<br /> surhommes...Même Jésus avait besoin d'amis...<br /> <br /> <br /> <br />
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G
<br /> <br /> Patricia, La violence de votre réponse m'effraie. C'est cette notion là de l'Eglise qui<br /> fait fuir... J'ai donné mon avis en toute simplicité et en essayant d'imager mon propos. J'insiste pourtant. Pour moi tout homme est sacré puisqu'à l'image de Dieu. Vous savez quoi? Je viens<br /> d'éclater de rire! Parce que pendant que je vous répond je parle aussi sur msn avec mon Amie qui me dit: "pendant que tu es occupée je vais chez le boulanger!"Et je vous explique: nous avons<br /> coutume d'échanger un petit Pain  à chacune de nos "rencontres". Parole du Livre, prise au hasard, et que nous savourons avec délectation. Petit morceau de pain, nourriture de l'homme, petit<br /> morceau de Pain nourriture de l'Homme... Seigneur, fais-naitre des prêtres dans notre humanité affamée... et des hommes vivants d'amour à leurs côtés.<br /> <br /> <br /> <br />
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